21 de noviembre de 2015

Tú, Yo & el Mundo

Un día me descubrí mirándote y simplemente supe que te quería y que no podría dejar de hacerlo nunca. No es que no pueda, es que no quiero dejar de quererte, ni de mirarte, durante el resto de nuestras vidas.
Tus nervios, tu risa estruendosa, tus movimientos bruscos de niño pequeño que acaba de descubrir sus manos y pies, sólo pensar en ti sonrío.

Antes de conocerte pensaba que mi idea del amor era sólo un sueño producto de mi imaginación, un tópico preconcebido por películas y libros, pero resulta que no, que ni una cosa ni otra, porque tú vas más allá, porque entre tus brazos estoy en casa.

A veces te enfado porque soy una pesada, porque te digo lo que no te gusta oír y tú te pones gilipollas y me haces llorar, peleamos, discutimos, pero jamás nos hemos ido a la cama sin arreglarlo, sin hablar, porque nunca he dejado de amarte aunque quisiera arrancarte la cabeza.
Y si hablo de irnos a la cama, es irremediable que se me coja ese pellizco en el estómago y me muerda el labio de abajo pensando en tu cuerpo y lo bien que queda encima del mío. Esa cama en la que pierdo la noción del tiempo mirándote mientras duermes, que por cierto es el único modo de que estés callado, bueno ese y viendo esa serie que tanto te gusta y que a mí me da mucho miedo, pero la veo por acurrucarme a tu lado. Esa cama a la que me traes el desayuno.

Tengo una colección de tus besos por todo mi cuerpo, pero me quedo con dos, el primero que me diste y que sonoro me confirmo que yo era para ti al menos una pizca de lo que yo pensaba, y el segundo, largo, y con el que pude saborear lo rico que estabas, ese definitivo que me hizo rendirme ante ti sin oposición, sin vuelta atrás, porque me has cambiado la vida a besos.

Decimos muchas veces que nos queremos, pero cuanto disfruto los “Te Quiero” que me dices mientras nos derretimos entre las sábanas... o sin venir a cuento, mientras me haces reír, me dices que me quieres y que te encanta provocar mi exagerada carcajada, porque nadie me hace reír como tú, porque me hiciste volver a sonreír, porque nadie me quiere como tú y a nadie quiero como a ti.
Una película en el sofá, ir en el coche, una tormenta, un domingo en la cama, una cena, tender la ropa, bailar, todas esas simples cosas son sencillamente mejores contigo.
Me haces sentir cariño cuando pones mala cara cuando te digo que hay que ir a comprar, y que sepas que me río de ti desde el baño cuando te oigo maldecir mientras planchas, porque cuando tú no estás en casa quiero que llegues, no me gusta el silencio sin ti.
Me gusta escucharte, analizo tus movimientos y mi carácter maniáticamente observador archiva cada gesto, cada pestañeo, la ilusión o la intensidad con la que me cuentas las cosas, cuando te atascas porque piensas más rápido de lo que hablas, tu risilla cuando estas nervioso, o cuando estás muy cabreado por algo y para autocalmarte te pasas la mano por el pelo. Mmmm... adoro tu pelo moreno y brillante a juego con esos profundos ojos, negros, tan oscuros como el mar por la noche y donde creo que me perdí la primera vez que me sumergí en ellos y ahí sigo, perdida en ti, porque es donde quiero estar.

Es fácil hablar de amor, pero es imposible describir la realidad de amar a alguien que te corresponde, que es una persona normal, sencilla, como tú y que quiere lo mismo que tú, querernos y hacernos felices juntos, porque es lo más bonito que hay en esta vida.
Te quiero y te lo digo y me lo dices, pero quiero que seas feliz, que cumplas tus sueños, que tengas una vida plena y darte todo lo que puedas necesitar, porque tú ya me haces feliz y ya me lo das todo cada día, con tus abrazos, con tus audios que me hacen reír, con tus detalles porque sí, con nuestra cama mal hecha y la comida achicharrada, no cambiaría nada de ti, nada.

Cuando me abrazas y miro hacia arriba y tú hacia abajo, y me das un simple beso, cuando acaricio los huecos de tu espalda, el olor de tu piel y tu cuello, que es mi parte favorita del universo con esos lunares por estrellas, son como perlitas de chocolate que me encanta rozar con los labios aunque te hago cosquillas y no me dejas.
Hablando de no dejar, no quieres que te toque el culo y por eso más lo hago, para chincharte y que te quieras vengar.

Hemos pasado mucho en muy poco tiempo, he sentido mucho dolor por verte llorar, pero nunca dejaré que derrames ni una lágrima por mi culpa y siempre estaré para consolar tus penas.

Pasear por el barrio, que aparezcas en el salón en calzoncillos y te pongas a bailar porque ha sonado una canción que te gusta, que se te ilumine la cara jugando a la Play con tus amigos mientras yo doy vueltas por la casa, haga lo que haga durante el resto de mi vida, quiero que tú hagas lo que hagas también, pero a mi lado.

Mi moreno sexy, ruidoso y cabezón, divertido y sensible, visceral e impetuoso, mosqueón, fabuloso, la persona más buena que he conocido en toda mi vida, Gracias por ser mi hombre, a pesar de que te decía que no te enamorases de mi, cuanto me alegro de aquella vez que me contestaste, “Tarde...”

Bss de color Violeta...

4 comentarios:

  1. Siempre juntos una eternidad a tu lado

    ResponderEliminar
  2. Siempre juntos una eternidad a tu lado

    ResponderEliminar
  3. Me derretí de amor, que hermosa entrada♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas Gracias Sofi, eso quería expresar mi Amor, del bueno, del de verdad.
      Bss de color Violeta...

      Eliminar

Tu opinión siempre es Genial, Gracias ^^