14 de febrero de 2019

La Cura

Ay no, no, no, es que así no puedo estar, es cerrar los ojos y verte dentro de mi cabeza, eres una pura obsesión, me mueve la lujuria de tu recuerdo, como cuando escucho esa música, la que bailamos los dos en la habitación. Me sofoco, si no te tengo me encuentro enfermo, eres una y otra vez la fantasía que conduce mis pensamientos, todo el día el vicio de verte, rozarte, rica muchacha.

Cuando te veo con esa falda, la verde, la de las flores blancas, esa que ondea cuando tu culo se mueve al caminar, la que me dejaste que te levantara, necesito suspirar, resoplar todo el rato.

Hoy bajabas las escaleras y el viento te quitaba el pelo de la cara, tu larga melena, morena es que me voy a volver loco… y como hueles, todo me huele a tu colonia, mis manos, mi camiseta, mi habitación.

Sé que es un secreto, sólo lo sabemos tú y yo, en la plaza sólo unas miradas, quizás una sonrisa, si tengo suerte un par de palabras, mi estómago se encoge nada más que apareces, escucho a mis colegas y sus palabras hacia ti, entre tíos, de lo buena que estás, de qué guapa, de cómo bailas y de alguna comparación sexual que intento no escuchar, aunque jamás dejaría que se metieran contigo, si ellos supieran que mis dedos te han recorrido, de que mi lengua sabe a lo que sabe tu piel, de que esos besos acabarían con cualquier cordura.

Me he vuelto adicto, no puedo pensar en otra cosa, jamás podría haberme imaginado que yo sería el elegido, eres lo único que quiero, eres una droga, puro sexo.

Quiero morirme de una sobredosis de ti, me he vuelto adicto, necesito verte desnuda de nuevo, debajo de mí, me pongo tenso, esas piernas rodeándome, tus ojos cerrados, tu boca abierta, joder, me va a dar algo.


Cuando me pidió ayuda con las matemáticas, aluciné, pero ni por asomo, como estoy ahora.

- Ey niño - me dijo - ¿puedo pedirte un favor?
Yo me paralicé, joder, no se puede estar más rica, haría lo que fuese, si su boca me lo pidiera.
- Sabes de matemáticas, ¿no? ¡ah! y ni una palabra.

Al llegar, miradas, sonríe, cierra los ojos y susurra “esa canción me encanta”, y se pone a bailar y yo sentado, tan morenita, tan pequeñita, tan preciosa y tan irresistible joder, una pedazo de tía buenísima bailando en mi habitación, y me mira y se ríe y me coge de las manos y yo me levanto porque otra cosa no, pero bailar, bailo que te cagas, y al ver que la acompaño, se pone seria y de nuevo susurra, “lo sabía, siempre te miro cuando salimos, siempre con ese ritmo sexy”

¿Sexy yo? bueno en realidad ya lo sabía nena, pensé, y el valor que me dan sus palabras, me hacen que reaccione, me envalentono, caricias, besos y una sesión de sexo salvaje e inolvidable.

Y aunque esto no ha pasado, "baby" para mí se queda, mi moral y tú me prohíben compartirlo, pero estos recuerdos me achicharran.

Me está mirando y cuando nadie la ve, me guiña y yo sonrío, y los dos sabemos que vas a suspender matemáticas muñeca.

Bss de Color Violeta...

4 comentarios:

  1. Uy! Tanta pasión me ha dejado.... no sé cómo explicarlo.
    Un abrazo

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  2. Muy chuli, muy auténtico

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  3. hola violeta! espero que andes bien, besos! te espero en mi blog linda

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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